Hubo un cambio en la legislación española que obligaba a la instalación de ascensores así como a la eliminación de barreras arquitectónicas en los edificios antiguos. Lejos quedaron aquellos años en los que las comunidades de vecinos debían votar. El cambio en la ley se produjo en el año 2013, desde entonces, aunque algunos se empeñen en decidirlo por asamblea, las personas con dificultad de movimientos pueden solicitar sus necesidades para derribar las barreras arquitectónicas; estas pueden ser la necesidad de una rampa, un elevador de escaleras o un ascensor.
En el caso en el que no haya espacio dentro del edificio, que un vecino con discapacidad solicite expresamente y un informe arquitectónico certifique que es imposible instalar el ascensor en el interior del edificio, la Administración está obligada a ceder espacio para que el ascensor pueda instalarse en la vía pública en el exterior del edificio.
Como este ha sido un problema recurrente en edificios antiguos donde los vecinos se hacían mayores, tenemos algunos casos que han llegado a los tribunales. Por ejemplo, se ha llegado a expropiar algunos metros de un local comercial o del piso de algún vecino para contar con espacio para la instalación del ascensor.
Como estas obras son bastante costosas algunos vecinos se encuentran con el problema en el que los propietarios son personas mayores que viven de sus pensiones, personas que pese a necesitar esa mejora en el edificio no pueden hacer frente a la derrama que supone. Con frecuencia se ofrecen subvenciones para este tipo de obras motivadas por el principio de solidaridad, además, el Plan Estatal de Vivienda 2018-2021 ofrece ayudas y subvenciones para la rehabilitación de viviendas enfocadas a mejorar la accesibilidad de las mismas.
Las soluciones más comunes, pese a que suelen necesitar unos ocho meses de media para resolverse son: la instalación de un ascensor en el patio de luces, la reducción de la escalera para generar un hueco suficientemente amplio, instalación del ascensor en la fachada o suprimir una pequeña parte de algunas viviendas.
Afortunadamente estos problemas cada vez son menos frecuentes y más personas se solidarizan con este tipo de necesidades de sus vecinos pues la instalación de un ascensor supone una mejora y revalorización de sus viviendas.